Los malos olores en las tuberías suelen ser causados por la acumulación de residuos orgánicos, grasa o jabín en el interior de las mismas. También pueden surgir por sellos dañados, que permiten la liberación de gases del sistema de alcantarillado hacia el hogar. Este problema no solo resulta desagradable, sino que también puede ser un indicador de obstrucciones o una ventilación deficiente en el sistema de desagüe..

Acumulación de residuos orgánicos: Restos de comida, grasa y otros materiales se adhieren a las paredes internas de las tuberías, generando descomposición y malos olores.

Falta de agua en los sifones: Si el sifón (la curva en las tuberías) se seca por falta de uso, permite que los gases del alcantarillado suban al interior del hogar.

Sellos dañados: Las juntas de las tuberías o los sellos en los desagües pueden estar desgastados, permitiendo el escape de gases del sistema de alcantarillado.

Obstrucciones parciales: Residuos atascados en las tuberías dificultan el flujo del agua, causando la acumulación de olores desagradables.

Ventilación deficiente: Si el sistema de ventilación de las tuberías está bloqueado o mal diseñado, los gases no se liberan adecuadamente al exterior.

Tuberías antiguas o dañadas: El desgaste en las tuberías puede favorecer la filtración de olores o la acumulación de suciedad.